Había una vez una persona o un grupo de científicos, realmente no lo sabemos, pero el chiste es que a alguien se le ocurrió hace dos décadas preservar para el futuro los lenguajes de la humanidad, en una especie de “piedra de rosetta” (antiguo monumento egipcio), grabada en un disco. El proyecto prosperó y una de las copias fue enviada a una sonda espacial.
Tiempo después, cuando ya todos se habían olvidado de este extraño proyecto, incluida la Agencia Espacial Europea (ESA), el disco aterrizó en septiembre del 2016 a bordo de una Sonda llamada también Rosetta, sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, concluyendo así la misión y dejando sana y salva una copia de seguridad extremadamente lejana de nuestra cultura.
Una idea para la posteridad
La historia del Proyecto Rosetta comenzó a finales de los 90, cuando la Long Now Foundation, que aspira a recopilar todas las lenguas actualmente en peligro de extinción, decidió que era una magnífica idea.
Este proyecto nació gracias a la antigua Piedra de Rosetta, que sobrevivió por siglos hasta que la encontraron por casualidad, aunque en este caso, el hallazgo no quedaría al azar. Se tendría conocimiento científico e histórico a través del tiempo por lo que se supone que será accesible para los futuros antropólogos.
Para el proyecto se colaboró con lingüistas y documentalistas, el objetivo era crear muestras y explicaciones descriptivas sobre los lenguajes más diversos de la humanidad, para hacerlo, se eligió a modo de ejemplo el libro del Génesis, el cual está traducido a una gran cantidad de lenguas.
El libro se escaneó y para la preservación física se decidió grabarlo en un disco de titanio mediante un proceso de micrograbación en relieve.
En total hay aproximadamente 13 mil páginas con textos y descripciones lingüísticas.
Para observar el relieve del disco, se necesita un microscopio de 650 aumentos, algo viable para civilizaciones futuras. El diseño del disco incluye letras en varios idiomas que se van haciendo cada vez más y más pequeñas, dando una pista de que «a continuación» hay más contenido a tamaño todavía más reducido.
¿Qué pasó después?
En el año 2004 se instaló una copia previa del disco en la sonda espacial Rosetta, que tenía como objetivo un largo viaje que culminaría diez años después en la observación del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. La sonda llegó a su destino en 2014 y allí estaba el disco.
El 30 de septiembre del 2016, finalizó la misión de la sonda Rosetta (y el aterrizador Philae) al realizar su última conexión con la Tierra.
¿Pero y el disco Rosetta? Después de indagar, la ESA confirmó lo siguiente: “El disco Rosetta iba en la sonda, de modo que ahora descansa en el cometa 67P-Churyumov-Gerasimenko junto con la sonda Rosetta y el aterrizador Philae”.
Así que hoy en día existe un cometa que viaja por el sistema solar en el que hay 13 mil páginas del libro del Génesis e información lingüística de mil 500 lenguajes de la Tierra. ¡Sorprendente! ¿No crees?